Fina Millares
Translaciones. Mujer-árbol, 1973, Fina Miralles. Fotografías: Byron Mármol. Cortesía de Fundación Paiz.
(Catalunya | 1950)
En un capítulo del pequeño libro Testament Vital, Fina Miralles recuerda su paso por distintos lugares de Latinoamérica, donde convive con algunos pueblos originarios de la región. “Aquí́ eran los ojos los que hablaban, y no las palabras… nos entendíamos con el sentimiento y la mirada”, anota entonces en uno de los cuadernos que la han acompañado durante toda su existencia. Fina Miralles pasó temporadas en América del Sur, Francia e Italia, antes de instalarse definitivamente en Cadaqués en 1999. A principios de los setenta, Fina realiza acciones en la naturaleza en las que implicaba elementos como árboles, tierra, agua y su propio cuerpo. Con gran sencillez y contundencia, estas acciones se enfocan en la relación de lo natural con lo artificial. En los años ochenta, a raíz de sus viajes, la espiritualidad toma fuerza en sus pinturas y dibujos, para después regresar a la performance en los últimos años, entablando de nuevo un diálogo con la tierra, el mar y los ritmos de la naturaleza. En los últimos años, ha publicado parte de su obra poética.
